La guerra que azota Ucrania desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero de 2022 cumple 500 días este sábado.
Ambos bandos defienden posturas cada vez más alejadas de cara a una posible negociación de paz mientras el conflicto ha dejado ya 9.000 civiles muertos, entre ellos más de 500 niños, según la ONU.
Las fuerzas ucranianas llevan la iniciativa actual en el frente, pero su contraofensiva es lenta y está diezmada por la falta de armamento y los bombardeos continuos de Rusia sobre sus ciudades en todo el territorio ucraniano.
El último de los ataques rusos ha caído sobre la ciudad de Liman, en la región de Donestk, dejando al menos siete personas muertas y otras 13 heridas.
Los bombardeos de las tropas de Moscú son una amenaza para toda la población, por muy lejos que se encuentre del frente, como ha demostrado el ataque esta semana sobre Leópolis, al oeste del país, ya cerca de la frontera con Polonia.
Al menos siete personas murieron y más de 40 resultaron heridas tras los ataques aéreos, que no permiten a los ucranianos olvidar tragedias pasadas en Bucha, Mariúpol o Kramatorsk.
