El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, han mantenido una reunión en Washington, donde han asegurado que el mantenimiento de la paz y de la estabilidad en el estrecho de Taiwán es «de vital importancia» al tratarse de una zona «fundamental» para la prosperidad global.
Además, Biden ha agradecido la cada vez mayor presencia de Italia en la región del Indo-Pacífico, y se han comprometido para que sea «libre, abierta, próspera, inclusiva y segura», según un comunicado de la Casa Blanca.
Por otra parte, ambos mandatarios han celebrado la unidad de la OTAN mostrada en la Cumbre de Vilna, demostrando así la fuerza de la alianza y su capacidad para adaptarse a los «desafíos desde todas las direcciones estratégicas».
En ese sentido, han reiterado su postura de apoyar a Ucrania contra Rusia mediante más asistencia política, militar, financiera y humanitaria para lograr una paz «con base a la Carta de la ONU» y respetando la soberanía e integridad territorial ucranianas.
Respecto a la finalización del acuerdo del grano, tanto Biden como Meloni han hablado sobre la importancia de permitir que Ucrania consiga exportar sus productos a través del mar Negro y han condenado la decisión de Rusia de no renovar el acuerdo, así como sus ataques contra puertos y graneros ucranianos.
Los dos países han acordado una mayor coordinación para la futura reconstrucción de Ucrania, y Estados Unidos ha reconocido el rol que tendrá Italia en dicha tarea presidiendo el G7 durante 2024 y acogiendo la Conferencia para la Reconstrucción de Ucrania en 2025.
Además, Biden ha expresado que el liderazgo de Italia acelerará la transición hacia las energías limpias y que abordará los desafíos globales «apremiantes» como la crisis climática, la pobreza, la inseguridad alimentaria, la seguridad económica, los suministros minerales críticos, y la migración mediante el uso del diálogo y la cooperación, especialmente con los países africanos.
