El auge y desarrollo de las herramientas de inteligencia artificia (IA) generativa ha dado paso a que las máquinas tengan la capacidad de crear piezas de arte, escritos, videos y otros contenidos con solo explicarle lo que queremos, siendo claves en el ahorro de tiempo y mejora de los productos finales; sin embargo, han plantado la semilla del debate sobre ¿quién es el propietario de estos contenidos?
Este 2023 hemos visto el desarrollo de diferentes herramientas con inteligencia artificial generativa con enfoque para ser utilizados en diferentes áreas como la escritura, programación, fotografía, video, música, ventas, creatividad científica, entre muchas otras; y es que los resultados han llevado a que más empresas decidan utilizar IA en sus operaciones; por ejemplo, el 69.9 por ciento de los entrevistados en una investigación de HubSpot aseguraron que el uso de IA en sus trabajos les ha permitido mejorar sus números de ventas.
Pero, así como se utilizan estas herramientas inteligentes en áreas de ventas, el sector artístico ha encontrado un problema de propiedad intelectual sobre las piezas creadas a través de estas herramientas, y deja preguntas sobre ¿quién es el artista: el de la idea o quien la ejecuta? En los casos que la IA utilice estilos artísticos o derechos de autor que infrinja la ley ¿quién es el culpable?
La Organización Mundial de Propiedad Intelectual ha publicado información sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la creación artística y las implicaciones legales que conlleva.
Para la entidad, la problemática de atribución de autoría puede tener implicaciones comerciales. Además, los diferentes enfoques legales de los países será un tema que tomar en cuenta, en el que es necesario abordar la ambigüedad de los casos. También asegura que es necesario replantear las definiciones y el alcance de las políticas de protección del derecho de autor.
Hay que entender que los sistemas de IA se alimentan de base de datos a través de las cuales aprenden y son las que le dan los parámetros que utilizan para responder a las solicitudes de los usuarios.
Por ejemplo, el caso de Getty Images contra StabilityAI, en la que la primera demandó a la segunda por utilizar su base de datos de imágenes para entrenar a su sistema de IA a generar imágenes utilizando el mismo estilo de las obras de Getty Images.
También está el caso de «Rembrandt», en el un equipo de investigadores utilizaron IA para analizar miles de obras del pintor y así generar un nuevo retrato con el estilo característico del artista. Dicho proyecto dejó las interrogantes sobre ¿quién es el autor y el titular de los derechos? ¿los investigadores del proyecto, la IA o nadie? También deja la pregunta de si viola o no los derechos al reconocimiento y a la integridad del propio artista Rembrandt.
«Estas tecnologías generativas deben ser entrenadas utilizando data preexistentes, que en la mayoría de las veces está protegida, esto ha suscitado muchos debates respecto a si esto constituye «fair use» al menos bajo la doctrina de copyright americana, o si por el contrario es una violación a los derechos de propiedad de terceros»
Jessica Muñoz
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«Las leyes tradicionales de propiedad intelectual no fueron diseñadas para abordar la problemática que presenta la inteligencia artificial generativa. Tanto en el ámbito de propiedad industrial como de derecho de autor, se ha reconocido que los derechos de propiedad sobre bienes intangibles sólo pueden otorgarse a su creador, por su capacidad creativa y por ser el ente capaz de crear trabajos originales», explicó Jessica Muñoz, abogada especializada en propiedad intelectual y derecho de la tecnología.
«Estas tecnologías generativas deben ser entrenadas utilizando data preexistente, que en la mayoría de las veces está protegida, esto ha suscitado muchos debates respecto a si esto constituye «fair use» al menos bajo la doctrina de copyright americana, o si por el contrario es una violación a los derechos de propiedad de terceros», explicó a Diario Libre Muñoz.
En momentos en los que estamos pasando por la revolución de sistemas de IA generativa, y en los que estamos probando su potencial y los beneficios en las diferentes áreas de nuestro día a día, se hace necesario el establecer un marco legal claro que sirva para marcar las reglas de juego.
Primero, se hace necesario que gobiernos y legisladores revisen y actualicen las leyes de propiedad intelectual para que estas se adapten a la realidad de los nuevos tiempos y la utilización de herramientas con IA para la creación de contenido.
Estas nuevas leyes y políticas deben de tener presente el reconocimiento de la participación humana en el proceso creativo y de ideas para el desarrollo de piezas a través de herramientas con IA.
El punto anterior da paso a que plataformas de IA dejen claro las responsabilidades de las partes y los derechos de cada uno, y que el usuario tenga acceso y conozca de estas informaciones y no se queden en los documentos que nadie lee cuando por ejemplo creamos una cuenta en Meta; una buena implementación de un sistema que alerte al usuario es el método implementado por el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) por la Unión Europea.
Actores clave en el sector como Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, y Elon Musk, quien recientemente acaba de funda su compañía «XiA», han expresado sus deseos de que la implementación de IA sea regulada.
Estamos en un momento importante de la historia de la humanidad, uno en el que estamos en un proceso de transición e implementación de nuevas tecnologías que cambiarán la forma en la que utilizamos todas nuestras herramientas de productividad y de comunicación en la web como la conocemos hoy en día, por lo que, los hacedores de políticas públicas y el mismo sector privado deben de trabajar juntos para definir un marco legal sobre el uso de IA. También analizar proyectos internacionales, como el que está trabajando la Unión Europea, por ejemplo.
