Es mujer; nunca se ha sentido invisible. Es una mujer de Estado con una trayectoria y una capacidad de gestión pública legitimada por su ética. Forjadora de grandes transformaciones, Rafaelina representa la imparcialidad absoluta en sus decisiones como Jueza. Demócrata emancipada de los estereotipos y prejuicios. Ciudadana que interpreta, desde la Magistratura, qué es la igualdad política, qué es el derecho político y qué es la igualdad bajo la ley como igualdad de oportunidades y de equidad.
Si hay una historia de vida de una dominicana a contar por su fuerza de autonomía e independencia ideológica, es la de Rafaelina Peralta Arias, que desde este 2025 retorna a desempeñar un rol clave en la institucionalidad democrática de la República Dominicana, al igual que lo ha hecho antes, en otras labores gubernamentales.
Al igual que ayer, en largas jornadas de consultas evalúa fundamentos doctrinarios, antecedentes jurisprudenciales e históricos, perspectivas teóricas, para externar, sustentar y avalar con sus aportes jurídicos sus decisiones. Rafaelina moviliza ideas, moviliza pensamiento, moviliza libros, moviliza expedientes.
Es una académica que ostenta el birrete y la toga. No es ella una cuota femenina, en primera línea en el colegiado Tribunal Superior Electoral, porque ella —dignamente ante todo— comprende que primero está: el deber cívico, el mandato institucional, los valores y luego la humildad de la persona.
Rafaelina representa, ciertamente, el poder femenino, un verdadero liderazgo que se sustenta en su vocación de servicio, en la mística de su entrega, en su talento que une a un indiscutible carisma. Es una figura comunicativa, innovadora, pionera, gerencial, conductora, identificada con los mejores anhelos de nuestra sociedad. Su militancia de manera determinante es, únicamente, con la justicia, con su ejercicio profesional. Su capital humano: la coherencia de y con sus acciones en las distintas etapas de su vida.
YLONKA NACIDIT-PERDOMO