LOS ÁNGELES — Hace un mes, Mookie Betts estaba en paz con la idea de que su temporada había terminado.
Figurativamente, claro está. Todavía quedaban ocho semanas de acción en el calendario de la campaña regular, además de la postemporada que se avecina. Pero en ese momento, Betts decidió que no había nada que pudiera hacer para evitar que el 2025 fuera un año flojo para él.
Sin embargo, ése resultó ser un punto de inflexión.
Puede que Betts considere que está cerca del final de una campaña perdida, pero se ha parecido mucho más a su versión habitual durante el último mes. Continuó su buena racha con una noche de dos hits, incluyendo un jonrón de dos carreras, en la victoria del martes por 7-2 que selló una victoria en la serie sobre los Rockies en el Dodger Stadium.
Dado que los Padres perdieron, los Dodgers ampliaron su ventaja en el Oeste de la Liga Nacional a 2.0 juegos y se mantienen a 4.0 de los Filis por el segundo sembrado del Viejo Circuito y un pase directo en la Serie Divisional.
Betts conectó el primero de los cuatro cañonazos de los Dodgers — el dominicano Teóscar Hernández pegó un par y Freddie Freeman alcanzó la marca de los 20 cañonazos — para respaldar otro gran esfuerzo en el montículo de Emmet Sheehan, quien estuvo perfecto durante cinco entradas y completó siete innings de labor, empatando su marca personal y permitiendo una sola rayita.
El esfuerzo completo del equipo les valió a los Dodgers su tercera victoria consecutiva, después de una seguidilla de cinco derrotas. Así como Betts intenta no emocionarse ni deprimirse demasiado con su propia temporada, se mostró reacio a decir que su equipo haya pasado la página.
«No podemos dejarnos llevar por esos sentimientos. Hay que mantenerse al margen de eso. Sólo hay que mantenerse en el momento», dijo Betts. «Hemos tenido algunos juegos buenos, pero sólo hay que enfocarse en mañana».
En sus últimos 31 partidos, desde el 5 de agosto, Betts batea .333 con OPS de .931, cifras que están más en línea con sus números de por vida. Antes de ese período, Betts tenía línea de .231/.302/.355, un bache sin precedentes para la estrella de los Dodgers.
Ha sido un año difícil en todos los aspectos para Betts. Está en camino a la peor campaña ofensiva de su carrera en Grandes Ligas en varias métricas. Lo que le importa en este momento es encontrar formas de ayudar a su equipo a ganar en una noche cualquiera, y con esa mentalidad ha llegado un resurgir.
«Luce como Mookie», aseguró el manager de los Dodgers, Dave Roberts. «Simplemente está jugando béisbol. No creo que esté pensando demasiado en la mecánica. Está compitiendo. Está tratando de ayudarnos a ganar juegos. Y estás viendo este tipo de emoción, la confianza, el estilo, que no habíamos visto en un tiempo. Pero se ha visto consistente en los últimos 30 días».