En el mismo centro de Samaná aparte de las casitas de colores, los puentes, el malecón y la iglesia evangélica, que son puntos de interés cultural religioso y de esparcimiento, también los visitantes pueden disfrutar de la hermosa playa pública Cayacoa, a solo minutos a pie, de cualquier hotel o lugar del centro de la ciudad.
“En Samaná estamos cómodos para recibir a la gente que viene ahora a vacacionar en Semana Santa y no solo en Semana Santa, hacer turismo en nuestra provincia. Tenemos la mayor cantidad de playas, tenemos el Salto del Limón, Los Haitises, estamos en temporada de ballenas y también tenemos las casas victorianas”, expresó, Nelson Núñez, alcalde de Samaná.

Los icónicos Puentes de Samaná son un atractivo turístico y un punto de encuentro
Los Puentes de Samaná (walking brides), de Napoleón o del Hotel Cayacoa son una atracción icónica en la Bahía de Samaná, y un elemento distintivo del paisaje de la zona siendo un lugar de visita obligada para quienes exploran la región. Estos están situados cerca del malecón y son unas vías que conectan a los cayos Linares y Vigía.
“A la llegada de Balaguer en sus doce años de gobierno decide hacer una remodelación de la ciudad de Samaná. Él entendía que esta provincia tenía mucho potenciar turístico y decide ayudar en su desarrollo. Construyo la carretera, el primer acueducto, el play, iglesia, puentes y hoteles”, Wilfredo.

Según Kelly estos puentes fueron construidos como monumento distintivo de la ciudad, son puentes que se función es embellecer y como espacio de esparcimiento, recreación y un lugar para caminar y hacer ejercicios.
Los puentes fueron diseñados por el arquitecto italiano Guillimo Bertalleri, y construido por la entonces Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones, con un costo total de 784,655.00 pesos de la época.
Estos tres puentes peatonales que unen a los cayos dentro del mar. Son miradores que ofrecen distintas vistas panorámicas de la bahía, un lugar para pasear y disfrutar de las vistas del mar y los cayos. También son un atractivo visual desde el malecón sobre todo siendo el fondo obligado a las decenas de yates y yolas que atracan en estas aguas.
La estructura más larga se extiende aproximadamente 500 metros. Estos puentes fueron construidos bajo el mandato del presidente Joaquín Balaguer, y ofrecen oportunidades para tomar fotografías y selfies memorables a cualquier hora del día o la noche.

La Churcha es la primera iglesia de Samaná, un legado histórico de la cultura afroamericana
La Churcha es la primera iglesia y el edificio de madera más antiguo construido en Santa Bárbara de Samaná en el 1901 (siglo XIX) por afroamericanos liberados. Estos llegaron a Samaná después que el gobierno haitiano les ofreciera tierras de cultivo gratuitas durante la ocupación haitiana de la isla La Hispaniola.
Hasta hoy, La Churcha, el nombre derivado de la interpretación dominicana de la palabra inglesa «church», la cual practica la fe episcopal metodista africana, y sus asistentes son descendientes de afroamericanos.

Es una estructura, de diseño gótico, que destaca en la ciudad. Fue enviada directamente desde Inglaterra a principios del siglo XIX para sustituir a su versión anterior.
Playa Cayacoa
En el mismo malecón de Samaná, a solo minutos del centro de la ciudad se encuentra la playa pública de Cayacoael cual es un destino ideal para pasar un buen día ya que combina belleza natural, cultura local y tranquilidad, lo que lo convierte en un lugar perfecto para divertirse y disfrutar con toda la familia.
Su arena dorada, su suave oleaje, su briza y su bello entorno convierten a esta playa en un lugar muy visitado tanto para locales como para turistas donde se nadar, pescar y hacer esnórquel. Aunque no se puede decir que es un impresionante balneario su combinación de belleza natural, encanto local, limpieza y su fácil acceso hacen de Cayacoa una de la playa muy popular.

En esta playa hay restaurantes locales donde los visitantes pueden disfrutar de comida y bebidas, además de que alquilan sillas, sombrillas y mesas. Por lo regular el ambiente suele ser muy relajado, con lugareños y comerciantes muy amigables lo que contribuye a convertir el entorno en un lugar cómodo.