Compartiendo Café, Construyendo Comunidad”

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Por Bolívar Balcacer

No todos pueden sentarse a nuestra mesa y compartir una taza de café. Algunos llevan consigo cargas pesadas, heridas profundas o miedos arraigados. Para ellos, la taza de café se convierte en un símbolo de vulnerabilidad. Es como si al aceptarla, también aceptaran la posibilidad de abrir su corazón y su mente.

Nos reunimos alrededor de una taza de café, no solo para disfrutar de su aroma y sabor, sino también para discutir el incierto futuro de nuestra comunidad. Somos conscientes de que enfrentamos desafíos, contradicciones y diferencias de opinión. Sin embargo, por encima de todo eso, está nuestra gente y nuestra historia compartida.

  1. La Taza de Café Ignorada

En un mundo cada vez más polarizado, la simple invitación a compartir una taza de café se convierte en un acto revolucionario. Es un gesto de apertura, de conexión humana. Pero, existen los “enemigos gratuitos”. Aquellos que rechazan esa taza de café, que se niegan a conocer al otro, a escuchar su historia o a entender su perspectiva. Prefieren permanecer en la superficie, lanzando juicios desde lejos.

  1. Reconociendo a los Fantasmas

Los enemigos gratuitos son como fantasmas que rondan nuestras vidas. No podemos eliminarlos por completo, pero sí podemos aprender a reconocerlos. Son aquellos que se aferran a sus prejuicios, que se niegan a cuestionar sus propias creencias y que ven al diferente como una amenaza. Su veneno se propaga a través de la intolerancia y la cerrazón mental.

  1. La Fuerza de la Comunidad

Nuestra comunidad es más grande que cualquier polémica o diatriba. Está tejida con hilos de historias compartidas, de luchas comunes y de sueños colectivos. Alrededor de esta taza de café, recordemos que somos más fuertes cuando nos unimos.

Nuestra diversidad de pensamiento es una riqueza que debemos celebrar, no temer.

  1. Desafiando Creencias y Abriendo los Ojos

Compartir una taza de café con aquellos que piensan diferente es un acto valiente. Nos desafía a cuestionar nuestras propias creencias, a escuchar otras perspectivas y a encontrar puntos en común. No se trata de convencer al otro, sino de aprender juntos. Abramos los ojos y veamos más allá de las etiquetas y las diferencias superficiales.

5- El Peso de las Expectativas

El compromiso de ver más allá de la greca es real. Implica escuchar sin interrupciones, comprender sin prejuicios y estar dispuestos a cambiar de opinión. Pero también debemos reconocer que no todos están listos para eso. Algunos temen que al aceptar la taza de café, se les exija demasiado. Quizás han sido heridos antes, o simplemente no están en el momento adecuado para ese tipo de encuentro profundo. Respetemos sus límites y no forcemos la conversación. A veces, la taza de café puede esperar.

El camino que llevamos de la mano de doña Carmen Rojas en nada cambia el sentir y las posturas de los invitados a la mesa, solo perseguimos humildemente ayudar a salvar nuestra comunidad y escucharnos por el bien de todos, en un diálogo franco donde lo que prima es la transparencia y hablar a “calzón quitao’” como debe ser, dejando fuera el ego, el orgullo, los complejos y la vanidad.

Nuestra comunidad merece un futuro en el que la unidad y la comprensión prevalezcan sobre la división. ¡Salud! ☕🌟

Hasta nuestro próximo comentario

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